“Las ciudades con alta densidad poblacional son particularmente vulnerables a la pandemia, pero muchas de ellas no tienen la capacidad adecuada para enfrentar los cambios de sus sistemas alimentarios”, explicó Jamie Morrison, Líder del programa de Sistemas Alimentarios de la FAO.
Esta situación ha desnudado la vulnerabilidad de las ciudades, en particular para un 1.9 billón de personas que vive en congestionados y superpoblados asentamientos urbanos informales.
“Es urgente adoptar medidas para garantizar que las funciones de los sistemas alimentarios urbanos no se vean afectadas por las medidas adoptadas para prevenir la propagación del virus”, destacó el experto.
Como parte del marco de acción de la Agenda de Alimentación Urbana de la FAO, algunos lineamientos recomendados para fortalecer los sistemas alimentarios urbanos son mantener cadenas de suministro más cortas, crear planes de protección social y adquisición pública de alimentos inclusiva, garantizar la distribución eficiente de alimentos saludables, mejorar el acceso a espacios verdes, reducir de las pérdidas y el desperdicio de alimentos.
Igual de central resulta garantizar la sinnergia entre actores: "La creación de un mecanismo de gobernanza local de la alimentación, con múltiples actores y sectores, sirve como plataforma flexible e inclusiva para asesorar a los gobiernos locales y determinar prioridades específicas adaptadas a las necesidades locales".