Audrey Claeys: Q para los cafetaleros

Audrey Claeys: Q para los cafetaleros

11/02/2016

Audrey Claeys creció en Oudergem, pero el café la llevó el año pasado a Quito, Ecuador. Siendo una reconocida Q-grader, lleva más de un año trabajando de la mano con diversos productores de café de todas las edades alrededor de mejora de calidad del cultivo. ¡Ya es hora para una entrevista!

“Es fantástico ver cómo agricultores jóvenes descubren dentro y fuera del campo su pasión por el café. Yo misma llegué al café por otro camino. Cuando me uní a Max Havelaar (Fairtrade Belgium ahora) vi el enorme potencial del producto. Los agricultores que cultivan café de calidad pueden obtener buenas ganancias, a pesar que el precio mundial del café sea muy volátil.

Fue con este enfoque que empecé a profundizarme en el mundo del café. Luego tuve la oportunidad de hacer una pasantía en Café Liègois y empecé como comerciante junior en Coffeeteam. Luego aprendí a hacer los cafés filtrados, expresos y capuchinos perfectos como barista en Or. El café se convirtió en mi pasión y obtuve mi certificado como "Q grader". Los Q grader son un grupo de expertos que pueden evaluar de una manera uniforme la calidad del café. De esta manera se puede comparar los cafés de todo el mundo, y por lo tanto proporcionar información a los productores de café y sus cooperativas en términos de calidad y por lo tanto el precio que pueden pedir por su café. En la actualidad hay cerca de 3.500 Q graders oficiales en el mundo, y estoy orgullosa de ser uno de ellos.”

¿Cómo llegaste a VECO?

"Hace dos años estaba viajando por Ecuador y por casualidad me encontré con Johanna en una fiesta de San Nicolás. Ella coordina el programa de VECO en la región andina y me contó entusiasmada sobre las cooperativas de café y sus desafíos. El café ecuatoriano tiene mala fama, pero el potencial es muy grande: algunas regiones tienen un microclima que es ideal para el café Arábica de alta calidad, y la altura es perfecta. Yo estaba muy interesada en conocer mejor ese lado del sector cafetalero, después de mis experiencias al otro lado de la cadena como comerciante y barista. A través del Programa Juvenil de la CTB, la agencia belga de desarrollo, finalmente tuve la oportunidad de trabajar por dos años junto a los productores de café. Ya vivo y trabajo desde hace más de un año en Ecuador."

¿Y en qué consiste tu trabajo?

"En primer lugar trabajo con las organizaciones de agricultores para encontrar maneras de aumentar la calidad de su café. En realidad, las organizaciones tendrían que llegar a un sistema donde pueden segmentar sus cafés y también el mercado: el café de calidad superior que se puede vender a altos precios en el mercado de cafés especiales, y los granos de menor calidad que se convierten en cafés mezclados (blends). Ahora, el café de todos los miembros de las organizaciones de productores se mezclan a menudo y de esta forma no se puede segmentar. Pero antes que nada, los agricultores deben saber muy bien qué pasos en todo el proceso (desde la cosecha de café hasta el café verde de exportación) tienen un impacto significativo en la calidad final. El año pasado, junto a un colega agrónomo, realicé un estudio detallado: tomamos muestras de agua y suelo en 27 fincas, hicimos encuestas con agricultores y graficamos todo el proceso del café. Un periodo muy intenso pero muy fascinante. El resultado fue una hoja de ruta que los agricultores pueden utilizar para mejorar gradualmente la calidad de su café.

Esto también me dio otra visión sobre certificaciones como comercio justo u orgánico. Estas certificaciones son realmente de gran valor para organizaciones jóvenes. Las normas te dan una orientación para mejorar ciertos aspectos, para discutir sobre por ejemplo la fertilidad del suelo, el trabajo infantil, la participación de los miembros en la organización, el rol de las mujeres en el manejo del cultivo, ... Las certificaciones permiten construir organizaciones de productores fuertes y el precio mínimo proporciona estabilidad. Sin embargo, es muy cara para los productores, y la calidad es menos recompensada. La certificación en todo caso es muy difícil de lograr en Ecuador, sobre todo porque algunos fertilizantes deben ser importados y por lo tanto resulta ser caro para los productores, también porque la productividad es mucho más baja. Por lo tanto, creo mucho en el mercado de cafés especiales con comercio directo entre productores de café y los tostadores. Los precios son más altos y la información directa que reciben los productores es muy importante."

¿Cómo ves el futuro del sector cafetalero en Ecuador?

"Cuando veo la edad promedio de los miembros de las organizaciones de productores con las que trabajamos (+50), debemos tomar medidas urgentes de rejuvenecimiento. Esa es la otra parte de mi trabajo. Hay comités de jóvenes establecidos y yo organizo junto con otros capacitadores cursos de catación, cursos de barismo, etc. De esta manera trato de transmitir mi pasión y les hago descubrir que el café es mucho más que trabajar en campo, y, que el sector tiene futuro. Queremos devolverles el orgullo, el orgullo de ser un productor de café y así, finalmente, reducir la migración a las ciudades. Pero para eso hay que demostrar que el café es un negocio rentable: en lugar de centrarse exclusivamente en el aspecto técnico agrícola, queremos poner más énfasis en la gestión empresarial y la comercialización. Animamos a jóvenes agricultores a ser emprendedores, y les apoyamos a encontrar la manera de tener un negocio rentable. Algunos de estos jóvenes llegaron a Bélgica en 2013 para contar su historia, por invitación de la organización Zuiddag. Es fantástico ver que un nuevo mundo se ha abierto para algunos de ellos”.

"Sabes, en Ecuador no tienen una cultura de café. La mayoría de la gente bebe café instantáneo, y tampoco saben qué cafés, y de qué sabores diferentes, existen en las regiones de su país. Junto con una de nuestras organizaciones socias por lo tanto tenemos decorada una pequeña cafetería en un pueblo en la zona de producción con una maquina expreso básica y personas que han sido entrenadas para servir un buen café. Esto me parece realmente importante... Todas las personas que trabajan en el negocio del café, necesitan probar más el café para darse cuenta de la importancia de la calidad. Los productores de café deben ser capaces de evaluar si el café es de buena calidad. De este modo estarán mucho más equipados para negociar con los comerciantes sobre los precios. Además, producirán un mejor café al saber más sobre su sabor. Me gustaría instalar más laboratorios y bares en las comunidades productoras de café. Los jóvenes sin duda podrían encontrar un lugar allí. El futuro del café ecuatoriano está asegurado si realmente se hace un trabajo en calidad!”

¿Te quedarás en Ecuador?

"Ya veré a donde me llevará el café y mi marido uruguayo. A la República Democrática del Congo, tal vez? También ahí se producen muy buenos cafés, y todavía hay mucho trabajo por hacer. Pero el trabajo que hago ahora, me da mucha energía. El trabajo es interesante y variado. Y Ecuador es un país hermoso. Especialmente el volcán Cotopaxi - que se encuentra justo al lado de la capital - me fascina. Hace un tiempo estaba a punto de estallar, y todos en Quito tuvimos que prepararnos una ración de viveres. Ese volcán me recuerda que la naturaleza es un ser vivo ... y yo todavía espero caminar en las faldas del Cotopaxi antes de dejar Ecuador.

Entrevista: Nele Claeys