El renuevo del subsector del cacao no sólo viene con la siembra de nuevas plantas sino que también con la energía y ánimo que los jóvenes puedan aportar, especialmente cuando ven en este rubro buenas oportunidades de crecimiento económico. Dos organizaciones belgas están imprimiendo vigor al sector cacaotero nicaragüense a través del proyecto “Sí, la Juventud Puede”, el cual es auspiciado por VECO Mesoamérica (www.vecoma.org) y ZUIDDAG, donde también participa la Cooperativa La Campesina. En tres años se espera alcanzar a 300 jóvenes de los municipios de Matiguás y Río Blanco en Nicaragua, esto incluye a 120 mujeres.
Juventud renueva el sector cacaotero nicaragüense
Juventud renueva el sector cacaotero nicaragüense
Hay pocos chavalos que tienen la oportunidad de saber qué más cosas se pueden hacer con el cacao, como el chocolate por ejemplo.
Mientras la población de agricultores envejece, los jóvenes no ven oportunidades en la agricultura y muchos prefieren migrar a las ciudades urbanas; para evitar esto, el proyecto trabajará en tres áreas: empoderamiento económico, fortalecimiento de capacidades y, liderazgo y participación. Se apoyará a jóvenes en la producción de cacao, elaboración de chocolates, fabricación de abonos orgánicos y en la promoción del agroturismo.
12 jóvenes nicaragüenses fueron a colegios en Bélgica y se impresionaron por la alta solidaridad de estas personas, quienes se conmovían al escuchar historias sobre machismo y falta de servicios básicos. El intercambio fue recíproco pues un grupo de jóvenes de esa nación vinieron a Nicaragua a conocer a los jóvenes cacaoteros; también se dio el caso de Joke Descan, una universitaria que vino a trabajar a la Cooperativa La Campesina para apoyarles a planificar el tema de agroturismo. Para la joven Katya Acuña, Coordinadora del Proyecto, la experiencia es única: “Trabajar con jóvenes es inspirador, activa, da energía y es muy divertido pero al mismo tiempo es retador porque en el campo, el aprendizaje es otro mundo”.
Los jóvenes hombres y mujeres tenemos los mismos derechos, pienso que con este proyecto vamos a cambiar este sistema donde la mujer solamente ayuda en la cocina.
La educación de jóvenes en temas tan innovadores requiere también de alternativas de enseñanza diferentes, por lo que se usan juegos, biodanzas o teatro, para que los jóvenes pierdan el miedo, absorban conocimientos y se integren mejor como equipo. Se quiere romper el mito de que sólo en la ciudad hay oportunidades.