¿Cómo se alimentan las ciudades? Situación de los sistemas alimentarios en Lima y Quito

¿Cómo se alimentan las ciudades? Situación de los sistemas alimentarios en Lima y Quito

04/11/2021

En el marco de las celebraciones por el Día Internacional de las Ciudades compartimos los primeros hallazgos del proyecto de investigación-acción “Vecindarios alimentarios saludables”. La iniciativa reunió a investigadores de Lima y Quito para entender cuál es la capacidad de las ciudades para alimentarse y qué factores externos impactan en la salud de los sistemas alimentarios.

Con esta investigación se busca generar evidencia sobre cómo fortalecer la resiliencia de los sistemas agroalimentarios urbanos y periurbanos frente a las crisis sanitarias, económicas, sociales o climáticas. La comprensión sistémica de la capacidad alimentaria de las ciudades es clave en ciudades como Lima, capital del Perú desde donde recientemente se declaró de interés nacional la emergencia alimentaria. En ciudades como Quito, que ya contaba con una estrategia agroalimentaria y más de 2400 huertos urbanos, la pandemia obligó a revalorar los sistemas alimentarios locales, y en particular el rol que tuvieron los vecindarios alimentarios como parte de una respuesta política para mejorar la seguridad alimentaria.

Lima y Quito: descubre 5 miradas a la alimentación en las ciudades

Resiliencia y vecindarios alimentarios saludables

Los vecindarios alimentarios se definen como espacios urbanos donde se conectan la demanda y la oferta alimentaria que se extienden aproximadamente por unas 15 cuadras en torno a una “centralidad alimentaria” (ej. mercado de abasto).

A futuro la investigación revelará las características y el rol que realmente tienen los vecindarios alimentarios ubicados en los valles de Lurín y Chillón en Lima y en las administraciones zonales de Quitumbe y Eloy Alfaro en el sur de Quito, cuyas experiencias de respuesta a la emergencia alimentaria derivada de la COVID-19 fueron claves durante el 2020.

“En los vecindarios alimentarios hay otras formas de interacción y por ende respuestas. Las soluciones globales muchas veces no logran brindar respuestas a los problemas alimentarios en los vecindarios. Necesitamos tener espacios multiactorales de gobernanza y mejorar el vínculo entre agricultores agroecológicos y consumidores para potenciar la producción, la oferta y el consumo de alimentación saludable.”

Alain Santandreu Coordinador del proyecto Vecindarios Alimentarios Saludables
Lima Metropolitana: un sistema alimentario insostenible

Lima Metropolitana: un sistema alimentario insostenible

El 43% de la energía y el 28% del aporte proteico que consume su población proviene del arroz, el trigo y otros cereales. La ciudad produce principalmente huevos, verduras y leche; pero el resto de su producción no logra cubrir ni el 1% de la demanda. Ello revela un déficit de fuentes proteicas y la dependencia del sistema alimentario a exportaciones como el trigo. En cuanto a autosuficiencia del 2015 al 2020 la producción de alimentos para consumo humano en la ciudad disminuyó un 28%. Actualmente abastecer de alimentos a la capital requeriría 30 veces la superficie agrícola de la que hoy se dispone.

Descarga la presentación del estudio sobre el sistema alimentario de Lima Metropolitana aquí

Respuesta alimentaria durante la COVID-19: investigadores señalan brechas y falta de coordinación

La pandemia puso en vitrina algunas brechas identificadas en las respuestas que dieron el sector público y privado. En el caso de Quito el sector privado dio una respuesta rápida y eficaz para quienes tenían capacidad de acceso, aunque no consideró la alimentación saludable como una opción. Así lo explica la investigadora Nataly Pinto desde Quito, Ecuador.

“La respuesta del sector público tuvo dificultades en la articulación intersectorial. Pese a ello hubo iniciativas como la de Conquito que se potenciaron: capacitaron a más 15,000 personas y la ciudad actualmente cuenta con más de 2,000 huertos urbanos (500 más que antes de la pandemia). La sociedad civil y organizaciones campesinas diseñaron iniciativas para evitar la pérdida de cosechas y generar ingresos ante el cierre de las bodegas.”

Nataly Pinto Estudio de capacidad de respuesta al COVID-19 por parte de instituciones públicas y privadas en Quito

La pandemia también afectó de manera diferenciada a la población. Así lo explica la investigadora Mariela Wismann desde Lima, Perú.

“En Perú la cantidad de personas en situación de pobreza se incrementó a 3 millones. Unas 250 mil personas tuvieron que regresar a sus ciudades natales (por la emergencia alimentaria). En este contexto (re)surgen las ollas comunes como mecanismo de contingencia, pero debido al alza de precios, la escasez de alimentos y la ausencia de políticas alimentarias no siempre pudieron alimentar a quienes más lo necesitaban.”

Mariela Wismann Estudio de capacidad de respuesta al COVID-19 por parte de instituciones públicas y privadas en Lima

Finalmente, el investigador Ernesto Ráez alerta que tanto en Lima como en Quito comer se volvió más caro, provocando un incremento de la inseguridad alimentaria. En Lima, la informalidad, junto al alto riesgo de contagio y fallecimientos, impactaron en la seguridad alimentaria de cientos de miles de personas.

“Las ollas comunes fueron una salvación porque ayudaron a conectar a productores y consumidores. Pero no fue suficiente y se elevó la demanda de alimentos en la ciudad. Por estas condiciones se solicitó al Congreso que declare la emergencia alimentaria.”

Ernesto Ráez Estudio de respuesta alimentaria ante la COVID-19 en Quito y Lima

En Quito, se aumentó la venta callejera de alimentos debido a que los mercados mayoristas redujeron el aforo, por lo que los vendedores tuvieron que buscar espacios públicos para ofrecer sus productos, aumentando el riesgo de contagio de la COVID-19. “Al contrario de Lima, en Quito sí existe una mayor conexión entre productores y consumidores y, por otro lado, los huertos urbanos y el Banco de Alimentos de Quito contribuyeron a mitigar los riesgos alimentarios, pese a lo cual 7 de cada 10 hogares no pudieron acceder a una canasta básica en forma regular”, señala Ráez.

Evidencia para políticas públicas alimentarias

El proyecto Vecindarios alimentarios saludables es una iniciativa de Rikolto, Ecosad y Funsad, con el financiamiento de IDRC-CRDI. La iniciativa contribuye al diseño y a la implementación de políticas públicas alimentarias en Lima y Quito desde el apoyo a la elaboración de una Ordenanza para promover la agricultura urbana y periurbana junto a la Municipalidad Metropolitana de Lima a la discusión sobre la construcción e implementación de la Estrategia de Resiliencia del Sistema Agroalimentario de Quito.

Cuenta con la participación de una red de expertos de entidades públicas y privadas en Perú y Ecuador. Entre ellas: el Centro de Recursos de Agricultura Urbana y Seguridad Alimentaria (RUAF), la Sub Gerencia de Desarrollo Productivo de la Municipalidad Metropolitana de Lima, la Red de Agricultura Ecológica del Perú (RAE Perú), el Consorcio Agroecológico Peruano (CAP), la Secretaría de Desarrollo Productivo y Competitividad del Municipio del Distrito Metropolitano de Quito, la Secretaría General de Planificación del Municipio del Distrito Metropolitano de Quito, la Agencia de Promoción Económica de Quito (Conquito) y la Cooperativa Sur Siendo Redes y Sabores.