Dos jóvenes peruanas se destacan orgullosas frente a un pequeño puesto, ofreciendo pastel, chocolate, té y una conversación a cualquiera que quiera probar sus productos artesanales. Los productos están basados en la hierba muña, una planta llena de nutrientes, también conocida como Menta Andina y que se puede encontrar en toda la cordillera de los Andes. Su propósito es popularizar la planta en el Perú y promover la cultura local y los hábitos alimenticios saludables. Con esta iniciativa, ellas están tratando de contribuir a un sistema alimentario más sano y sostenible.
Impulsando el potencial de los jóvenes para crear cambios
Impulsando el potencial de los jóvenes para crear cambios
Las dos jóvenes peruanas y sus productos de la Casa de Moneda Andina son sólo un ejemplo de las nuevas iniciativas creadas en el contexto de un proyecto de jóvenes que se proponen tomar el asunto en sus propias manos. El proyecto Wanted: Food for the Future y los miembros del consorcio que lo respalda, buscan identificar alimentos a prueba de futuro (¿cómo alimentar a más de 9.000 millones de personas en 2050?) desde una visión de todos los actores involucrados. Especialmente, animan a los jóvenes a tomar medidas para transformar el sistema alimentario. Durante tres talleres, los jóvenes de Perú, Tanzania e Indonesia fueron desafiados a soñar con su futuro sistema alimentario.
Acercando a jóvenes empresarios, jóvenes agricultores y estudiantes universitarios
¿Cómo aprovechar el potencial -a menudo apenas conocido- de la juventud rural y urbana? El equipo del proyecto cree que se necesita un nuevo y refrescante enfoque para involucrar a los jóvenes. La co-creación, es la clave del proceso, porque que agrupa a diferentes partes interesadas en un enfoque holístico. Por ello, invitamos a diferentes tipos de jóvenes a interactuar y colaborar, incluyendo jóvenes agricultores, estudiantes universitarios y empresarios.
La metodología utilizada durante los talleres se basa en parte en los principios de CEAL ([community-based action learning]) adaptada para el empoderamiento. así como para estimular el espíritu empresarial social en la alimentación y la agricultura. El objetivo principal es facilitar iniciativas empresariales sociales e inspirar a los jóvenes para que piensen en diferentes formas de alimentar a una población mundial en crecimiento y en lo que ello implica, por ejemplo, cómo deberían ser los vínculos territoriales entre el campo y la ciudad. Esto podría provocar un cambio de mentalidad, o una conciencia social, para concebir nuevas oportunidades ante el dogma "business as usual" y actuar de acuerdo al principio de pensar globalmente, actuar localmente.
Durante los talleres de cuatro días divididos en dos fines de semana, los jóvenes se enfrentan al reto de soñar sobre cómo debería ser su sistema alimentario en el futuro, y convertir las palabras en hechos. Colaborativamente, los participantes examinan su área local, generalmente un distrito dentro de una ciudad, y su sistema alimentario. Hacen un mapa del distrito (la ubicación de las calles y los negocios) y hablan con la gente local sobre su vida, sus sueños y la comida que comen.
Los participantes del taller reflexionan sobre los principales desafíos desde diferentes perspectivas y buscan formas de convertirlos en oportunidades. Teniendo en cuenta las habilidades y motivación, los grupos se forman en torno a ciertas ideas. El último paso es construir o implementar la innovación. Los participantes disponen de una semana entre las dos mitades del taller para hacer un prototipo: un litro de abono orgánico, por ejemplo, o diez bombones de plátano, un mosquitero hecho de material de desecho, o un diseño de logotipo/marca.
Finalmente, presentan sus ideas y prototipos a la comunidad local, incluyendo a los empresarios, a los gobiernos locales y organizaciones de la sociedad civil, y residentes de la comunidad, con el fin de recibir retroalimentación y apoyo. Dos co-organizadores de los talleres en Indonesia y Perú comparten aquí su experiencia y aprendizaje.
Más allá del empoderamiento, lograr un resultado tangible, les hizo entender a los jóvenes que es posible lograr algo, incluso con un presupuesto y tiempo limitado, empezando por lo pequeño.
Perú: Menos palabras, más acción
Una de las principales ideas que obtuvimos del taller con Wanted: Food for future es la importancia de traducir las palabras en hechos. El año pasado participamos en un taller diferente en Lima con jóvenes productores de cacao. Fue interesante y muy diferente a lo que los jóvenes agricultores estaban acostumbrados, y aunque lograron conectarse con la gente y la dinámica dentro de un contexto urbano, no logramos pasar más alla de la fase conceptual. Una de las razones fue la distancia física entre los participantes luego de regresar a casa.
Por el contrario, cuando participaron en este taller, después de sólo dos días habían desarrollado un prototipo de su idea, ya habían creado algunos productos para mostrar al público, vender y/o obsequiar. Más allá del empoderamiento lograr este resultado tangible les hizo entender que era posible hacer algo incluso con un presupuesto y tiempo limitado, empezando por lo pequeño.
La segunda perspectiva fue que las oportunidades reales de trabajo surgen del contexto local, y no sólo de una comprensión teórica del sistema alimentario. Los participantes tuvieron que salir a la calle y hacer preguntas a la comunidad como: "¿A qué problemas se enfrentan actualmente en relación con la agricultura y la alimentación? ¿Cuáles son sus necesidades y dónde ve oportunidades?. El punto de partida para la búsqueda de soluciones e ideas se basó, en un amplio y diverso conjunto de información y experiencias. Comenzando con la población, experimentaron una nueva forma de desarrollar ideas; no sólo por lo que querían hacer, sino también por lo que la gente necesitaba que hicieran. La experiencia fue todo un éxito.
En colaboración con estudiantes universitarios, jóvenes agricultores y la comunidad, los participantes crearon iniciativas con mucho potencial. Actualmente estamos sistematizando la metodología y adaptándola a la realidad de las cooperativas de agricultores.
Las otras participantes en el proceso, como funcionarios del gobierno local, conferenciantes y empresarios, se mostraron muy entusiastas, formulando muchas preguntas y mostrando interés en seguir colaborando con los jóvenes empresarios.
Indonesia: Nuevas formas de colaboración y creación de valor
En Indonesia tenemos una población joven: más de la mitad de la población tiene menos de 30 años. Con 250 millones de personas que alimentar, Indonesia necesita la energía y el entusiasmo de los jóvenes para encontrar una solución a los retos a los que nos enfrentamos en materia de alimentos, al tiempo que se adapta a las nuevas necesidades de mano de obra. Tomando ventaja de la oportunidad, nos asociamos con Food for the Future para organizar un taller de emprendimiento social para 36 jóvenes de la ciudad de Ende en la isla Flores. La isla se enfrenta a problemas de alimentación calidad, distribución y suministro, a pesar del considerable potencial de sus recursos naturales. Centrándonos en la juventud y la co-creación, nos reunimos con estudiantes universitarios y jóvenes agricultores para encontrar soluciones.
Después de dos fines de semana los participantes habían establecido relaciones personales dentro del grupo y con otros actores del sistema alimentario local, aumentando su comprensión de las diferentes perspectivas y realidades dentro del contexto territorial. Este enfoque creativo, participativo y práctico les permitió encontrar soluciones que se adaptaban a las necesidades locales, equilibrando los factores sociales, ecológicos y económicos.
Durante el último día del taller los participantes lograron presentar un prototipo de sus ideas de negocio. Algunas de las ideas son muy innovadoras en su simplicidad, combinando los recursos ya disponibles con las necesidades locales para agregar valor para toda la comunidad. Algunos ejemplos incluyen fertilizantes orgánicos, bocadillos saludables de chocolate con plátanos locales, un sistema de transporte que conecta directamente a las granjas con los restaurantes, y sistemas innovadores de riego por goteo para los agricultores locales.
Los otros actores que participaron en el proceso, como funcionarios del gobierno local, conferencistas y empresarios, se mostraron muy entusiastas, haciendo muchas preguntas y mostrando interés en seguir colaborando con los jóvenes. Esto demuestra que cuando los jóvenes actúan como facilitadores entre los actores para promover sistemas alimentarios locales más fuertes, más diversos y adaptados, se crean nuevas oportunidades laborales.
Conclusiones generales
- Crear espacios abiertos y seguros para que los jóvenes se expresen y experimenten.
- Centrarse en un contexto específico, y en las experiencias y conexiones dentro de ese contexto.
- Las iniciativas empresariales deben incluir una diversidad de personas, opiniones y habilidades.
- La co-creación con los actores y las comunidades fomenta un mejor entendimiento entre las partes interesadas en un sistema alimentario segmentado.
- Abordar las diferencias generacionales y el desarrollo territorial (brecha rural-urbana) como una oportunidad positiva de intercambio y crecimiento.
- La flexibilidad mental de los jóvenes es ideal para facilitar la participación de múltiples interesados y combinar diferentes necesidades.
*Este artículo también se publicó en la página web de la Fundación RUAF.