Producir alimentos: una labor a prueba de huracanes y pandemias en Honduras

Producir alimentos: una labor a prueba de huracanes y pandemias en Honduras

04/12/2020

Un cielo azul que se tornó rápidamente gris oscuro, mientras los árboles empezaban a agitarse con el viento al compás de una lluvia tercia que no cambió de intensidad por más de 30 horas. Así llegó la tormenta Eta para Wilmer García, agricultor de la comunidad de Azacualpa, después que el fenómeno meteorológico bajara de categoría 4 como huracán al tocar suelo en Honduras.

“Nadie nos avisó que venía la tormenta, solo empezó a llover y no paro por dias” dice el productor de 42 años.

Entre Eta y Iota solo pasaron cinco días en que la intensidad de la lluvia bajó un poco, Wilmer recuerda que era martes cuando empezó la lluvia de Iota en su comunidad ubicada en el departamento de Francisco Morazán.

Los centros de huracanes advierten de lo insólito del impacto de los dos huracanes, en la misma área y a mediados de noviembre, cuando la temporada se supone debería haber terminado. Y con la funesta determinación de sacudir con tanta fuerza a la población de Honduras y Nicaragua, ambos países ubicados en el puesto 1 y 4 de los 10 países más afectados por eventos climáticos extremos en el índice de riesgo climático para el periodo 1998-2016.

Para el 25 de noviembre, el Ministerio de Agricultura y Ganadería (SAG) ya reportaba pérdidas de hasta un 80 % en el sector agrícola por los daños de las tormentas.

Eta produjo mayores afectaciones en los cultivos en los departamentos de Cortés, Atlántida, Colón y parte de El Paraíso. Mientras que, con Iota, los rubros como la producción de pescado de tilapia, cítricos y granos básicos como maíz y frijol de mayor consumo fueron los más afectados.

“Aquí se nos metió el agua y en varios lugares (los agricultores) perdieron por completo sus cultivos de apio, perejil; yo perdí mi siembro de habichuela” dice mientras lava unos tubos de PVC, “si Dios quiere el fin de semana trasplanto más de 300 plantas de lechugas escarolas al invernadero” explica Wilmer, a la vez que prepara los tubos donde ubicará las plantitas.

“No es cuestión de suerte”

El invernadero de Wilmer es parte de un sistema de producción hidropónica instalado a mediados de este año de parte del proyecto “Tecnología y Dialogo de saberes para fomentar la seguridad alimentaria y nutricional en Honduras” financiado por la Unión Europea, Eurosan Occidente y el Gobierno de Honduras.

Rikolto es el encargado de instalar y acompañar el funcionamiento de 18 sistemas, ubicados en 5 departamentos donde se encuentran ubicadas las 6 organizaciones que integran unos 500 agricultores a pequeña escala y que conforman el Consorcio Agrocomercial de Honduras.

Wilmer cuando recien habia finalizado la instalación de su invernadero en este año 2020.

Debido a las lluvias de Eta la estructura del invernadero sufrió un problema con un tubo, que logró repararse antes que iniciará la segunda tormenta. Aparte de eso Wilmer cuenta que no tuvo mayores problemas, solo se lamenta la pérdida de las habichuelas y parte de su cosecha de zanahorias. “La zanahoria venia bonita, esperaba sacar unas 12,000 libras, ahora con suerte sacaré 6,000”, dice.

Rikolto ha venido trabajando con el Consorcio Agrocomercial desde el año 2014, brindando asistencia técnica para aumentar su productividad, desempeño organizacional y empresarial.

“Que Don Wilmer no perdiera por completo su cosecha de zanahoria no es cuestión de suerte, él ha venido trabajando en la implementación de prácticas para la conservación del suelo, esto le ha servido para ser más resiliente a estos fenómenos” dice Patricia Arce, coordinadora del proyecto.

La zanahoria estaba protegida en sus alrededores con barreras vivas, una especie de pasto. “si no hubiera tenido esta barrera viva las plantas se les hubieran dañado, como pasó con las habichuelas” explica Patricia.

Resiliente también significa rentable

Las zanahorias de Wilmer son entregadas a la empresa PROVIASA, una de las empresas miembro del Consorcio, quienes abastecen más del 40% de las verduras y hortalizas a supermercados La Colonia, la segunda cadena de supermercados más grande del país.

Este número llegó después de varios procesos de mejora tanto en la aplicación de buenas prácticas agrícolas, en inversiones para mantener una gerencia comercial del Consorcio y la disposición de la cadena de supermercados de contribuir en la profesionalización tanto de la producción, diversificación de los productos ofertados y la inocuidad, para que los productos tuvieran la calidad requerida.

También en la mejora de procesos de logística y ordenamiento para hacer más eficiente la entrega y abastecimiento de los centros de acopio de sus tiendas. El Consorcio ahora es capaz de entregar sus productos directamente a estos centros en Tegucigalpa y San Pedro Sula.

“Hace poco hice mi primera entrega de lechugas escarolas producidas de forma hidropónica. Entregué 140 cajas al supermercado (4,200 lechugas), todavía me faltó espacio para poner más plantas dentro del sistema, esta vez llenaré todo el invernadero, comparte Wilmer”.

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Para él, estos productos, (vegetales producidos en hidroponía) aunque todavía no se paguen a un mayor precio en el mercado hondureño siguen siendo atractivos. “Los supermercados continuaran aumentando sus exigencias de productos más sanos e inocuos, y con este sistema les aseguramos menos usos de pesticidas y químicos perjudiciales para los consumidores, así que nos hace más atractivos como empresa” dice el agricultor.

A través del programa, se ha validado la producción de 6 tipos de vegetales como el tomate, el chile dulce, pepino, lechuga escarola, acelga y espinaca, se han realizado 7 escuelas de campo (ECAs), y diversas capacitaciones virtuales para el reforzamiento de las Buenas Prácticas Agrícolas (BPA), Buenas Prácticas de Manufactura (BPM), Fertilidad y conservación de suelo y fortalecimiento de capacidades financieras.

Además, se estarán produciendo 6 guías técnicas para la producción en sistemas hidropónicos a socializarse entre los agricultores que pertenecen al Consorcio Agrocomercial y público en general. Hay muchas personas interesadas en aprender y replicar este tipo de sistemas de producción.

Centroamérica, por su localización y condiciones socio-económicas ya está siendo afectada por los fenómenos generados por el cambio climático, por ello todas las acciones para la recuperación económica, deben priorizar acciones que contribuyan a la construcción de resiliencia y sostenibilidad en el sector alimentario.

La producción de alimentos de manera que los ecosistemas sean preservados, la producción en volumen y cantidad suficientes para abastecer a la población en crecimiento, las condiciones públicas y en el mercado para que las y los agricultores como Wilmer obtengan ingresos que les permitan una vida digna, estos son algunas de las acciones parte de la estrategia de Rikolto, para responder al desafio: ¿Qué comeremos mañana?

¿Quieres saber más de este proyecto? contacta a:

Patricia Arce
Patricia Arce
Coordinador de Programas | Honduras

Redacción y edición:

Selene Casanova
Selene Casanova
International communications