En Jinotega, departamento del norte de Nicaragua, rodeado de montañas y niebla, el lago Apanás es la principal fuente de agua para las actividades de 3.500 caficultores y otros 3.000 hortelanos. Esta es la segunda entrega de la problemática de un lago en peligro de extinción y de la lucha de una comunidad y organizaciones de agricultores por salvar el lago y educar a las nuevas generaciones en el cuidado del medio ambiente.
Al amanecer, en una parte de la cuenca de Apanás, Claudia González da instrucciones a sus trabajadores para su plantación de lechugas y remolachas. En su finca es hoy la única mujer. Ella dirige al grupo de trabajadores que aran el campo y recolectan lechugas.
En su rutina ser la única mujer es algo común. Dirige la cooperativa COOSMPROJIN que cuenta con 72 asociados de los cuales 15 son mujeres. Claudia es la presidenta desde hace un año y dirige sus acciones a fin de involucrar a más mujeres en la toma de decisiones.