Quito: Un sistema alimentario puesto a prueba en pandemia

Quito: Un sistema alimentario puesto a prueba en pandemia

18/02/2021

A dos años de su creación, el Pacto Agroalimentario de Quito (PAQ), es un referente a nivel internacional. Conformado por 25 organizaciones, reúne las voces de gran parte de actores del sistema, y en base a su labor, la capital ecuatoriana viene compartiendo lecciones y retos sobre cómo alimentar a la ciudad durante la COVID-19.

¿De qué manera los aportes de actores como Rikolto, ConQuito,y Fundación RUAF sirvieron para dar continuidad al trabajo en medio de la pandemia?.

Mapeando la inseguridad alimentaria

La producción de conocimiento es uno de los pilares del trabajo en torno al PAQ desde que se estudiara como antecedente sobre los aportes de representantes privados al sistema alimentario. El mapeo producido sobre información geográfica de la estrategia agroalimentaria de Quito (2018) sirvió de base durante los primeros meses de la crisis sanitaria para ubicar los puntos vulnerables en la ciudad: en dónde se situaban las personas que necesitaban asistencia con alimentos semanales (personas con discapacidad, adultos mayores y habitantes en condición de pobreza).

La información ayudó además a la reactivación de tiendas para la provisión de productos a los barrios.

Actualmente, la Secretaría General de Planificación de la ciudad de Quito se basa en la evaluación de vulnerabilidad agroalimentaria de la ciudad para avanzar hacia la construcción de una estrategia específica vinculada al tema de resiliencia.

La investigación se enfoca en cuatro ejes de la seguridad alimentaria: dificultad en el acceso de alimentos, deficiencia en la disponibilidad, alimentos no adecuados y provisión no permanente de los mismos.

Este análisis es de mucha relevancia ya que permite comprender qué causa inseguridad alimentaria antes de un evento perturbador, para posteriormente ubicar sus posibles consecuencias y acciones a tomar durante las emergencias, para de esta manera, crear un sistema alimentario más resiliente, sostenible y equitativo

David Jácome Municipio del Distrito Metropolitano de Quito

Moldeando el éxito: indicadores para fortalecer el marco de acción

En el primer semestre de 2019, el Distrito Metropolitano de Quito (DMQ) fue seleccionado por el Pacto de Políticas Alimentarias Urbanas de Milán (MUFPP) para integrar un grupo de tres ciudades, junto a Nairobi y Antananarivo, que ejecutarían el proyecto piloto de implementación de indicadores de su marco de acción.

Para participar en el piloto, la ciudad de Quito eligió 3 indicadores sobre los cuales aplicar la metodología propuesta por el MUFPP y registrar los obstáculos, sinergias y avances en medición, además de lecciones aprendidas del proceso. Los temas elegidos fueron gobernanza, dietas sostenibles, pérdida y desperdicio de alimentos.

“Estos indicadores son relevantes para monitorear el carácter participativo del plan de acción que orienta el municipio y para que se reconozcan a las iniciativas de los diversos actores”, destaca Nataly Pinto, directora de Sistemas Alimentarios Sostenibles en Rikolto Latinoamérica.

Rikolto, junto a otros actores del PAQ como el programa Agrupar (Agricultura Urbana Participativa) de ConQuito y el Banco de Alimentos de Quito, fueron parte de los talleres para la generación de indicadores y Rikolto lideró el estudio sobre dietas sostenibles.

El proyecto piloto representa un ‘trampolín’ para que el Municipio de Quito desarrolle junto a los actores del sistema alimentario un marco de reflexión más amplio hacia un enfoque de derecho a la alimentación con gobernanza participativa.

Además de fortalecer el proceso multisectorial que nació en el 2017, la participación de Quito en el proyecto piloto permitió empoderar a los órganos municipales, conocer y aumentar el compromiso con el cambio desde estas entidades.

Este proceso ayudó también a llenar brechas del monitoreo para el sistema alimentario de Quito, sin lo cual no podría medirse el éxito de su estrategia o impulsar su sostenibilidad: la sistematización de experiencias, la demanda de datos confiables y mecanismos para medir acciones.

“El marco ha ayudado a promover la idea de que todos pueden ser agentes de cambio, proponiendo temas innovadores para la planificación municipal a los responsables políticos locales, generando evidencia. Se establecieron nuevas colaboraciones, como el proceso de recopilación de datos, que nos obligó a buscar otros actores del sistema alimentario, especialmente aquellos que persiguen objetivos similares de sostenibilidad y resiliencia.”

Alexandra Rodríguez Jefa del programa Agrupar (Agricultura urbana participativa) – ConQuito

Impacto y continuidad de la experiencia

En el 2019, la experiencia pasó una prueba de fuego: el cambio de autoridades municipales. Inevitablemente, actividades pactadas para ese año se suspendieron.

La situación dejó lecciones para el equipo técnico sobre el complemento político de la experiencia para sumar a las nuevas autoridades. Con todo, a inicios de 2020 había planes de convertir la plataforma en Concejo Municipal, y la estrategia en ordenanza, pero el coronavirus hizo su aparición.

La emergencia sanitaria obligó a que muchos de los esfuerzos fueran reorientados, pero también propició un escenario de intercambio global sobre cómo respondían los sistemas alimentarios desde todos los países.

Organizaciones como FAO, PNUD, RUAF e ICLEI lideraron la recopilación de información y socialización de experiencias internacionales como la del PAQ, que fue acompañada por Rikolto en Quito desde sus inicios.

Ciudadanía para un sistema resiliente

¿Pueden los ciudadanos transformar el futuro de su alimentación? Es la pregunta que guió el desarrollo de la nueva visión del sistema alimentario de Quito, presentada al concurso global de IDEO/Fundación Rockefeller.

Esta visión apuesta por una gobernanza participativa, donde la ciudadanía es protagonista del cambio y, aunque se proyecta al 2050, se basa en iniciativas muy actuales y resultados demostrados gracias a la reciente crisis sanitaria.

En una ciudad donde la dieta saludable es 60% más cara que una dieta regular, la participación ciudadana ayudó a disminuir la inseguridad alimentaria, especialmente en grupos vulnerables, acortando la cadena e incrementando la producción local. Plantaron la semilla iniciativas como el programa Agrupar con agricultores urbanos, o la del Banco de Alimentos de Quito que se sostiene en buena parte gracias a la labor ciudadana voluntaria.

Además, productores y grupos ciudadanos hicieron suyo el sur gestando nuevos espacios denominados de “resistencia alimentaria” donde colectivos como la Cooperativa Sur-Siendo llevaron a barrios populares alimentos sanos a un precio accesible a través de ferias y delivery de canastas agroecológicas.

Es así como la reciente pandemia dio a los ciudadanos la oportunidad de apropiarse de procesos: proponer, exigir, reconociendo y comunicando sus propias necesidades. Una gobernanza participativa que permitió a la ciudad ser alimentariamente resiliente frente a la pandemia.

Una ciudadanía educada, consciente y que participa es muy importante ya que alertan sobre los riesgos y amenazas y se organizan para responder de la mejor manera. "El PAQ puede aprovechar que existe una diversidad de actores para identificar lecciones aprendidas, desafíos, logros, escuchar y entender cuál fue la capacidad de respuesta de cada actor durante la pandemia. Solo así la ciudad se preparará mejor y los gestores de proyectos y políticas públicas tendrán más capacidad de responder ante próxima crisis", concluye Nataly.

Colaboración | Redacción: [Belén Naranjo](belenaj1 [at] gmail.com) - Consultora de Comunicación y [Natalia Palomino](natalia.palomino [at] rikolto.org) - Comunicadora de Rikolto para Latinoamérica | Edición y estilo: Natalia Palomino