Para muchas familias agricultoras de Ecuador vivir del café es un reto. Los costos de producción en este país son de los más altos de Latinoamérica. Se requiere de mucha paciencia y energía para que una planta de café rinda frutos, especialmente en las condiciones climáticas actuales.
Por ello muchos agricultores optan por el monocultivo, por plantas de mayor rendimiento o por abandonar la caficultura en su totalidad. La agricultura ecológica, que requiere aún más cuidados, a menudo no es una opción. De este modo, el café contribuye poco a un sistema alimentario justo. Pero puede ser diferente. Una buena alimentación también es posible gracias al buen café.
¿Por donde se empieza a cambiar el sector? Con historias como las de Karina, que superan las expectativas.