En Ecuador es común escuchar por boca de los productores que el café es un cultivo difícil, costoso y de baja rentabilidad. Pese a ello, se cultiva casi en todo el territorio: es parte de la economía de 23 de 24 provincias, sumando el esfuerzo de más de 46 mil productores.
Incluir en el desarrollo a un grupo tan amplio y diverso ya es un reto de política pública, pero lo es más aún tratar de representar sus intereses. Solo un 19% de productores pertenece a asociaciones, pese a que los unen tanto retos como oportunidades. Ninguna representa los pequeños caficultores a nivel nacional ante las instancias que hoy definen su futuro. ¿Qué oportunidades se pierde el café de un país al no tener un gremio de caficultores?
La modernización de la caficultura, la consolidación de modelos como el cooperativismo, la creación de alianzas con el sector empresarial e incluso el impulso al consumo interno son solo algunos ejemplos del legado de los gremios caficultores en Latinoamérica.