Acelera la transformación del sistema alimentario
Las mujeres son agentes clave en cada parte del sistema alimentario, como agricultoras, procesadoras, carretilleras, comerciantes y consumidoras.
Las mujeres también se ven más afectadas por la degradación del medio ambiente y el cambio climático: las tierras que se les asignan suelen ser menos fértiles, y no siempre tienen acceso a los recursos que necesitan para mejorar la calidad del suelo y los cultivos, por ejemplo, maquinaria o insumos agrícolas esenciales, como semillas y fertilizantes. Además, el acceso de las mujeres a la asistencia técnica, la información de mercado y las oportunidades de financiación suele ser más limitado, lo que dificulta aún más su desarrollo empresarial.
Si las mujeres tuvieran el mismo acceso y control sobre insumos como insumos agrícolas, propiedad de la tierra, asistencia técnica, información de mercado, etc. que los hombres, podrían aumentar la producción agrícola total en sus propias explotaciones entre un 2,5 y un 4 por ciento (FAO). Según la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer de ONU Mujeres, "salvar la brecha de género en el sector agroalimentario puede suponer una reducción de entre el 12y el 17 por ciento del número de personas que pasan hambre en el mundo". (FAO 2023) Las investigaciones también demuestran que cuando las mujeres tienen acceso a unos ingresos adecuados, mejora la nutrición infantil, la salud y la educación.
Las mujeres alimentan al mundo. Ante el crecimiento de la población y la urgencia de erradicar el hambre y la malnutrición, abordar la disparidad de género en todas las partes del sistema alimentario podría tener repercusiones de gran alcance tanto en la seguridad alimentaria como en el bienestar de una parte significativa de la población mundial.
Rikolto aplica la "integración de la perspectiva de género" en sus programas, lo que significa que el empoderamiento económico de las mujeres se integra en todas las etapas posibles de nuestros programas, por ejemplo, identificando puntos de entrada clave para las mujeres, realizando estudios de mercado que tengan en cuenta la perspectiva de género y sistemas de medición de resultados que tengan en cuenta la perspectiva de género.
"Estamos convencidos de que las relaciones socioeconómicas no cambiarán si no incluimos un enfoque de integración de género. Sólo cuando consigamos cambiar las relaciones de poder y salvar la brecha de la desigualdad de acceso a los recursos y a las oportunidades de formación, podremos contribuir a la igualdad de género a través de nuestros programas" Mariela Wismann, directora del programa Good Food for Cities en América Latina (Rikolto).
La estrategia global de Rikolto responde a los tres pilares: producción sostenible, inclusión en el mercado y entorno favorable. La igualdad de género está integrada en cada uno de ellos.
El primer pilar, la producción sostenible de alimentos, está relacionado con nuestros esfuerzos por apoyar a las organizaciones de agricultores en su camino hacia la profesionalización. Nos centramos en las prácticas de producción sostenible, la resiliencia frente al cambio climático y el desarrollo organizativo. Establecemos las condiciones para la plena participación de las mujeres en los sistemas alimentarios, a nivel de producción y poscosecha, en la gestión de las cooperativas, y para su acceso a insumos, recursos y servicios. Esto también significa apoyar a las cooperativas agrícolas para que sean más inclusivas en materia de género, adoptando cursos de formación diferenciados para mujeres, fortaleciendo Comités de Mujeres como parte de las estructuras organizativas de las cooperativas, etc.
El segundo pilar, la inclusión en el mercado, pretende integrar a los agricultores de pequeña escala en los mercados y mejorar el acceso de los ciudadanos a alimentos sanos y sostenibles. Trabaja por un entorno alimentario inclusivo en el que las mujeres y los jóvenes puedan afianzarse, por un lado, la importancia del acceso a alimentos seguros y, por otro, nutritivos para los consumidores, especialmente los vulnerables. Nos centramos en el desarrollo de emprendimientos, negocios, agroempresas con igualdad de oportunidades para mujeres y hombres. Ponemos atención en mejorar el acceso de las mujeres a fondos y créditos.
El tercer pilar es la creación de un entorno propicio, a través de una auténtica participación en la formulación de políticas, la mejora del acceso a la financiación (préstamos) y la ampliación de las alianzas (por ejemplo, con los gobiernos locales). La integración de la perspectiva de género en este aspecto implica promover la igualdad de oportunidades para que las mujeres contribuyan al debate sobre política alimentaria, la equidad en la participación y la representación de las mujeres en las plataformas de múltiples partes interesadas, y la contribución a políticas y prácticas que promuevan un mejor acceso y control de los recursos y servicios productivos por parte de ellas.
La estrategia sirve de columna vertebral para el desarrollo de nuestros programas y nos permite garantizar que nuestros equipos cuenten con las competencias y los recursos necesarios para contribuir activamente a la eliminación de las desigualdades de género en nuestro ámbito de influencia. A continuación, vea ejemplos de cómo trasladamos la estrategia a nuestro trabajo, o lea la estrategia completa.
Se prevé que en 2050 el 80% de todos los alimentos se consumirán en las ciudades. Pero, ¿Cómo pueden las ciudades garantizar que todos las y los ciudadanos tengan acceso a alimentos suficientes, seguros y nutritivos, y puedan permitírselo, y que los productores de alimentos puedan ganarse la vida dignamente dentro delos límites ecológicos de nuestro planeta?
Nuestro programa Sistemas alimentarios sostenibles en ciudades pretende catalizar la acción colectiva entre los actores del sistema alimentario local para hacer que los entornos alimentarios urbanos y sus cadenas de suministro subyacentes favorezcan dietas sanas, sostenibles y nutritivas para todos.
La igualdad de género forma parte integral de ello. Más concretamente, fomentamos el desarrollo de un ecosistema empresarial que tenga en cuenta las cuestiones de género, por ejemplo, apoyando la creación y el desarrollo de empresas dirigidas por mujeres, promoviendo la igualdad de acceso a los servicios de desarrollo empresarial y su utilización, y acompañando a las empresarias durante la creación, incubación y desarrollo de sus empresas.
Los sectores del cacao y el café engloban a unos 30 millones de pequeños agricultores y proporcionan medios de vida a más de 50 millones de personas. Sin embargo, estos productos básicos mundiales seven acosados por numerosos problemas -como los bajos ingresos, la desigualdad de género, el descenso de la productividad y la deforestación- que merman su contribución potencial al cambio de los sistemas alimentarios. Es crucial abordar las cuestiones de sostenibilidad e inclusión en ambos sectores. Es fundamental integrar mejor a las mujeres, valorizando sus conocimientos prácticos y su capacidad de liderazgo. Sectores que trabajan para lograr ingresos dignos, tienen la oportunidad (y deben) de generar cambios a favor del empoderamiento de las mujeres.