Innovación para transformar los sistemas alimentarios
Las comunidades rurales están envejeciendo: la edad media de un agricultor es de 60 años. Los jóvenes emigran cada vez más a las zonas urbanas por falta de oportunidades de empleo, servicios e instalaciones atractivas en las zonas rurales. Sus padres les aconsejan que eviten trabajar en el agro y quienes sí se ven como agricultores no acceden fácilmente a tierras para desarrollar sus propias actividades. O el costo de inversión inicial es demasiado alto, o se enfrentan a obstáculos para operar con independencia de las organizaciones o de su familia. Los jóvenes con espíritu emprendedor tienen acceso limitado a fuentes de financiamiento, sin garantías ni historial de crédito. Además, suelen ser una minoría en cooperativas y asociaciones, y menos aún en cargos directivos o con poder de decisión.
El aumento de la migración a las zonas urbanas también plantea nuevos retos para las ciudades, ya que impulsa la demanda urbana de alimentos. ¿Cómo hacer frente a estos dos retos tan estrechamente interrelacionados? ¿Cómo aprovechar el potencial de los jóvenes agricultores y empresarios del sector alimentario?
Para Rikolto, invertir en los jóvenes significa invertir en el futuro de nuestros sistemas alimentarios: son líderes del cambio que pueden transformar nuestros sistemas alimentarios, aportando innovación e ideas nuevas.
La participación de los jóvenes (que definimos con edades comprendidas entre los 18 y los 35 años) es una cuestión transversal en las estrategias de nuestros programas globales: producción sostenible, mercados inclusivos y entornos propicios.
En primer lugar, en el plano de la producción sostenible, miramos más allá de las fincas, hacia sistemas alimentarios. Creamos oportunidades de empleo en las zonas rurales para jóvenes y les capacitamos para revitalizar las cadenas de valor y los sistemas alimentarios a través de la innovación. Estas oportunidades pueden ir desde la producción a la transformación, pasando por la comercialización y el control de calidad, hasta la creación de sus propias start-ups siempre facilitando la colaboración intergeneracional.
También apoyamos a las organizaciones de agricultores para aumentar la participación de los jóvenes en su base de miembros y en sus sistemas de gobernanza.
En segundo lugar, trabajamos por mercados inclusivos con espacio para jóvenes emprendedores. Rikolto crea incubadoras de alimentos en ciudades de todo el mundo, donde los jóvenes rurales y urbanos encuentran las herramientas para poner en marcha sus ideas de negocio y hacer más sostenibles los sistemas alimentarios urbanos locales. En las zonas rurales, apoyamos a jóvenes emprendedores para que creen sus propias empresas y presten servicios a los agricultores.
En tercer lugar, nos esforzamos por crear un entorno propicio que aborde los retos a los que se enfrentan los jóvenes en el sector agroalimentario. Reunimos a universidades, organizaciones de agricultores, ONG, empresas, gobiernos y los agentes del sistema alimentario, incluidos los responsables de la toma de decisiones.
Nos centramos especialmente en crear oportunidades para jóvenes productores y empresarios, en las que se vinculen el consumo urbano y la producción rural cercana. Cuando acompañamos a las organizaciones de agricultores en su trayectoria de profesionalización, nos centramos en crear nuevas oportunidades para los jóvenes dentro de estas organizaciones.
También pueden ser incubadoras de empresas para jóvenes emprendedores con el sueño de desarrollar un negocio en torno a la alimentación sostenible o sana.
En nuestro programa de cacao y café, creamos oportunidades en zonas rurales para mujeres y hombres jóvenes, que van desde la producción a la transformación, pasando por la comercialización y el control de calidad, hasta la creación de sus propias empresas.
Además, apoyamos a jóvenes emprendedores en la creación de sus propias empresas, prestando servicios como venta de plantones y fertilizantes, poda, recolección, etc. quienes cultivan cacao y café.