El sistema alimentario de Quito no es sostenible ni inclusivo, y además enfrenta altos niveles de desperdicio alimentario. Esta combinación afecta a los jóvenes que luchan por encontrar empleo y a los niños que tienen dificultades para acceder a alimentos saludables, mientras toneladas de comida se pierden cada día sin llegar a quienes más la necesitan.
Jóvenes como Steve Hidalgo y Patricia Cruz ven en estos problemas, una oportunidad. Él es un joven administrador de bar escolar en la parroquia rural de Nanegalito en Quito. Ella es una emprendedora productora de frutas orgánicas (gulupa), en la parroquia de Atahualpa. Ellos nos cuentan por qué decidieron emprender en alimentación.
“Sucede que las oportunidades de trabajo para jóvenes son limitadas, exigen muchas condiciones y experiencia, formación más extensa. De alguna forma te limita. ser independiente es súper exigente porque tienes que cumplir con horarios, ser organizado, pero ahí vamos.” Steve Hidalgo, administrador de bar escolar
“La idea de nosotros, de la familia, es tener un negocio para no trabajar para otras personas. Nosotros tenemos el campo (la tierra), tenemos ideas, entonces creemos que tenemos que sacar algo nuestro y apoyarnos como familia. Actualmente participamos del emprendimiento cinco miembros de mi familia, incluyendo a mis tíos y primos.” Patricia Cruz, emprendedor agroecológica
Ser joven y conseguir empleo se ha convertido en un privilegio. Según cifras del Gobierno ecuatoriano, en 2025 el desempleo alcanzó a 8,1% de jóvenes de entre 18 y 29 años a nivel nacional y el subempleo a 24,1%. En este escenario, emprender no es una actividad en solitario: muchos jóvenes, con frecuencia involucran y benefician a sus familias con el emprendimiento. Así lo explica Carolina Salazar, coordinadora de nuestro Programa Sistemas Alimentarios Sostenibles para las Ciudades (SAS-CI) en Ecuador. “Dentro de un entorno económico complejo, emprender es quizá la única alternativa para las personas jóvenes.” Carolina Salazar, coordinadora del Programa SAS-CI de Rikolto en Ecuador
Según Children International y Empleo joven, 70,9 % de jóvenes ecuatorianos sin un emprendimiento propio desean iniciar uno, especialmente en los sectores de comercio, tecnología y gastronomía. La falta de financiamiento y la capacitación empresarial son las principales barreras, y los emprendedores necesitan capital semilla y mentorías, como señala la Organización Internacional del Trabajo en recientes informes. Pero también causas que lescomprometan y permitan desarrollar su creatividad.
En Quito, el reto de la alimentación escolar inspira a jóvenes emprendedores como Steve y Patricia desde la iniciativa “Ideas que alimentan”, de Rikolto y el Banco de Alimentos de Quito. Steve señala que la iniciativa le ofreció un espacio para repensar su negocio y que la capacitación fue el empujón que necesitaba.
“Siempre hay que estar a la vanguardia para que tu negocio crezca y sea sostenible, para estar siempre con una buena oferta para nuestro público. Sí es posible ofertar alimentos saludables, dar más variedad, no solamente es una ensalada de frutas. Podemos transformar e innovar para cambiar la oferta en unidades educativas.” Steve Hidalgo, administrador de bar escolar
Patricia señala que lo recibido en las capacitaciones del proyecto se alineaba a lo que su emprendimiento ya promovía, pero le permitió entender un nuevo nicho de mercado. Resaltó lo importante que fue para su emprendimiento recibir capacitación práctica en buenas prácticas agrícolas y de manufactura.
"A partir de las capacitaciones, dijimos: nosotros también tenemos esta frutita, no muy conocida y que tiene varios beneficios nutricionales, podría llegar a los niños. Estamos tratando de reafirmar la base agroecológica como sistema productivo.” Patricia Cruz, emprendedora agroecológica
Esta iniciativa, que cuenta con el apoyo de la Fundación Gillés, se ejecuta en alianza con la Universidad Internacional del Ecuador (UIDE), ConQuito, el Municipio del Distrito Metropolitano de Quito y el Frente Nacional de Bares Escolares del Ecuador para responder a las necesidades nutricionales de los niños en edad escolar mediante el poder del emprendimiento juvenil y un modelo de negocio solidario que garantice la accesibilidad a alimentos nutritivos y la sostenibilidad de los emprendimientos juveniles.
Fortalecemos emprendimientos juveniles en el sector alimentario, combinando formación técnica, mentoría e impulsa un modelo de negocio inclusivo que beneficia a escuelas como parte del impacto social, seleccionadas con el Banco de Alimentos de Quito. Con el modelo de negocio inclusivo de producción de huevos de libre pastoreo se beneficia también a 135 escolares del sur de Quito.
CIBU es una unidad de negocios del Banco de Alimentos Quito que se encarga de innovar y desarrollar nuevos productos, alargando su vida útil y transformándolos en congelados y deshidratados. Se aprovechan así las bajas de inventario de la industria para crear nuevas recetas y productos innovadores. Brenda Aro, miembro de esta unidad, comparte cómo el proyecto viene siendo también una experiencia muy transformadora para la institución.
“El acompañamiento personalizado del proyecto nos ha permitido mejorar nuestros procesos, visualizar nuevas líneas de acción, conectar con emprendedores y expertos. Está contribuyendo a consolidar iniciativas a mediano plazo para generar empleo, emprendimiento social y nuevas oportunidades en Quito. Ahora sabemos que no estamos solos, porque hay muchos emprendedores concientizados sobre la problemática de desperdicio alimentario.” Brenda Aro, integrante del Banco de Alimentos
A inicios de año, el proyecto invitó a participar a jóvenes emprendedores del sector de la alimentación, dentro de tres categorías: producción sostenible de alimentos, procesamiento de alimentos saludables y administradores de bares escolares. De entre 91 postulantes, el proyecto seleccionó a 52 emprendimientos, de los cuales 29 concluyeron el proceso de formación en temas diversos: habilidades blandas, herramientas digitales, permisos de funcionamiento, higiene y manipulación de alimentos, trámites de formalización y permisos de funcionamiento, atención al cliente, conservación de alimentos, expendio de alimentos, loncheras saludables, entre otros. Se alcanzó así a 116 miembros del emprendimiento, de los cuáles 58.62% son jóvenes de entre 18 y 35 años.
El proceso de formación se mantuvo durante cuatro meses, de julio a octubre de 2025, para luego sostener un proceso de mentoría y preparación para el pitch que culminó en noviembre con la reciente graduación de las y los participantes. “En 2026, los participantes concursarán por fondos de capital semilla del proyecto, al que podrán acceder los emprendedores que hayan completado los requisitos” señala Salazar.
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