A medida que el mundo se enfrenta a una creciente inseguridad alimentaria, un mensaje se hace cada vez más evidente: los mercados locales y tradicionales de alimentos (LTFM, por sus siglas en inglés) pueden desempeñar un papel crucial en el aumento de la disponibilidad de alimentos diversos, frescos y de temporada. Estos mercados ofrecen importantes oportunidades, especialmente en los países de ingresos bajos y medios, donde más de tres mil millones de personas tienen dificultades para acceder a una alimentación saludable.
En respuesta a ello, Rikolto y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) han formado una alianza estratégica para promover sistemas agroalimentarios urbanos sostenibles y resilientes. Esta alianza abarca, entre otras cosas, iniciativas para fortalecer la gobernanza de los mercados territoriales y ayudar a las ciudades a mejorar la disponibilidad, la accesibilidad y la asequibilidad de alimentos seguros, nutritivos, diversificados y culturalmente apropiados para todos.
La reciente publicación Mejorar el funcionamiento de los mercados alimentarios locales y tradicionales en el contexto de la transición hacia sistemas agroalimentarios sostenibles destaca ejemplos de cómo una mejor gestión de los mercados puede transformar significativamente los sistemas alimentarios urbanos. Aborda cuestiones clave como:
La publicación se basa en un proyecto de aprendizaje entre pares destinado a fomentar mercados locales y tradicionales más sostenibles en África y América Latina, llevado a cabo en colaboración con la FAO. A partir de estudios de casos de ciudades en las que Rikolto desarrolla su actividad, como Mbeya, Lima, Quito y Portoviejo, también incorpora las aportaciones de intercambios con ciudades asociadas de Burkina Faso, Senegal, Uganda, la República Democrática del Congo, Tanzania, Ruanda, Honduras, Perú, Ecuador y Guatemala.
El estudio explora formas prácticas en que los gobiernos subnacionales pueden mejorar la nutrición, la seguridad alimentaria, la infraestructura y la inclusión en los mercados locales, garantizando que puedan servir como espacios beneficiosos para los pequeños productores, las pequeñas y medianas empresas (pymes) y los ciudadanos por igual.